El 15 de marzo se celebra en todo el mundo el día del consumidor, no es más que una forma de recordar que el acto de comprar, el acto de elegir un bien determinado y no otro es un acto cargado de responsabilidad.
Cualquier decisión de carácter económico tiene unas consecuencias entre nuestros vecinos y vecinas y en nuestro entorno, siendo las decisiones de consumo de bienes y servicios, decisiones que tomamos constantemente y que tienen una gran trascendencia. Cada día elegimos entre diferentes opciones en cada momento y esas decisiones las hacemos de forma automática, condicionados por la propaganda y la persuasión que genera la publicidad.
Cada mañana cogemos el autobús o vamos andando a trabajar, o incluso ponemos en marcha un vehículo, aportando un poco más de contaminación de forma innecesaria, gastando algo más de un recurso limitado el petróleo y dando mayores ganancias a las grandes fortunas del planeta. Compramos los alimentos que necesitamos, podemos elegir entre productos fabricados por grandes compañías de alimentación, hamburguesas, pizzas, en definitiva comida industrializada, o adquirir productos en el mercado, en la tienda del barrio, en la frutería próxima, o en la tienda especializada en productos ecológicos. Nuestra decisión no es indiferente, nuestra decisión es un voto, que ejercemos diariamente, con él podemos apoyar a nuestra agricultura, a nuestros hortelanos, o potenciar la dependencia de economías que buscan obtener los máximos beneficios, aunque en ello, generemos un daño irreparable al planeta, a nuestras tierras de cultivo, a nuestro agua.
Cada acto de consumo, encierra la potencialidad de favorecer una forma u otra de sociedad, de relaciones humanas, de justicia social y de reparto de la riqueza en el mundo, y este acto repetido continuamente se nos escapa de nuestra conciencia, pensamos que nuestras decisiones individuales no cuentan, no son capaces de ser trasformadoras de la realidad.
Desde Almocafre Sociedad Cooperativa de Consumo Ecológico, asumimos la responsabilidad de apoyar en nuestras pequeños actos como consumidores y consumidoras, a una agricultura y ganadería respetuosa con el entorno, apoyamos a los productores locales, permitiendo y potenciando las economías de cercanía, permitiendo con nuestro compromiso, la existencia de actividad económica y empleo en la sociedad rural.
Mejoramos nuestro estado de salud, evitando el consumir productos que, no solo contaminan el medio ambiente sino que también pueden ir haciéndonos un daño irreparable en nuestra salud; Las crisis, tanto alimentarias como sanitarias, están siendo continuas, desde las “vacas locas”, la fiebre aftosa, la peste porcina, los casos de legionella, la contaminación de las verduras alemanas con ‘E. Coli’.
Nuestros actos de consumo ordinario también pueden encerrar un comportamiento solidario con otras partes del mundo, mediante el comercio justo, por ello también en nuestra cooperativa comercializamos productos como el café y el azúcar procedentes regiones campesinas de Latinoamérica, y distribuidas por IDEAS, organización especializada en cooperación y educación para el desarrollo. Estamos convencidos que el apoyo al mundo rural andaluz, el uso de prácticas productivas ecológicas y el promover la equidad en las relaciones comerciales en el mundo ayudan a la propia sostenibilidad de nuestro planeta.
Miguel Navazo Suela
Presidente de la Cooperativa Almocafre | www.almocafre.com