La luna de verano

En el post pasado dejamos los olivos con sus flores recién abiertas en esperanza de cosecha.

En estos momentos que la esperanza se ha confirmando, podemos prever una buena producción de aceituna y, lo que es más importante, una buena calidad de aceite con poco que el otoño acompañe.

Que la aceituna madure correctamente, sin que le falte humedad durante el verano y con lluvias tempranas a principios de otoño,  es garantía para poder obtener una calidad perfectamente equilibrada en sabores y aromas.

A ello contribuye, además, la luna.

Esa luna que en plenitud transmite mágicas energías a los olivos para dar fruto y vida en esta Sierra tan dura y generosa a la vez.

Sierra, Olivos y Luna nos ofrecen además una cosecha de imágenes y sensaciones que hacen diferentes cada uno de nuestros días y nuestras noches.

Sensaciones e imágenes que, junto con nuestro aceite, queremos compartir con vosotr@s.

¡Os seguiremos contando!

Floración de los olivos

En Olivar de la Luna estamos asistiendo expectantes a la terminación de la floración de los olivos. Este año la floración ha sido un poco tardía, pero ya desde el mes pasado los olivos  han venido desarrollando sus botones florales, “la trama” que se llama en términos olivareros.

Con los primeros calores abren sus flores y se visten de blanco con miles de diminutas florecillas. Una vez abierta la flor se puede apreciar si la fertilidad es adecuada observando en su cáliz la existencia de un puntito verde que es la promesa de la futura aceituna.

Olivareros y olivareras esperamos con impaciencia e inquietud este momento, pues la flor es muy sensible a los contratiempos meteorológicos y un calor o frio excesivos pueden dañar la flor y mermar la cosecha. Una vez desprendidos los pétalos, queda la diminuta aceituna suspendida de los olivos y comienza su particular odisea veraniega de maduración.

Hay una adivinanza popular sobre el nacimiento y maduración de la aceituna que dice así:

“Nací en blanca cuna,

luego de verde vestí,

y ahora, que visto de luto,

todos se acuerdan de mí…”

 

Nacimiento del espárrago triguero en Sierra Morena

En este mes de abril, el de las aguas mil, acontece en los olivares ecológicos de nuestra sierra la nascencia de los espárragos trigueros.

En los arroyos que los cruzan, en las riberas de los ríos, en las riberas del monte o al pie de los mismos olivos brotan los espárragos.

A su recolección nos dedicamos muchas personas de estos entornos y por un doble motivo.

Uno lúdico porque es un goce el pasear, en primavera, estos paisajes mientras se recogen los espárragos, y otro gastronómico por el placer de degustar una buena tortilla o una sabrosa salsa de espárragos hechos con un buen aceite ecológico como es el aceite virgen extra ecológico “Olivar de la Luna”.

Y hay otro aspecto no menos importante que es el aprovechamiento de los recursos que nos ofrece la naturaleza, porque los espárragos que no se consumen en fresco, se congelan y aportan durante el resto del año una ayuda a la alimentación y economía familiar.

Así que si podéis, os aconsejamos, escaparos a la Sierra Morena cordobesa y recoger estos espárragos del mes de abril porque los de mayo son más escasos y menos tiernos.

Ya lo dice el refrán: “Los de abril para mi, los de mayo para mi caballo”.

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Olivar de la luna, aceite de oliva virgen extra ecológico